Page 33 - Discursos
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POR RAFAEL HERNÁNDEZ COLÓN
porque desde el primer momento hubo la intención
de parte de Estados Unidos de darle la independencia
eventualmente a Filipinas.
Por el contrario, la política de Estados Unidos
ha sido la de mantener la unión permanente con Puerto
Rico por medio de la común ciudadanía. Veamos dos
documentos históricos que precedieron al otorgamiento
de la ciudadanía a los puertorriqueños.
El primero es el Informe Anual al Presidente de
los Estados Unidos que presentara el Secretario de la
Guerra en 1911, el Hon. Henry L. Stimson, quien tenía a
su cargo los asuntos de Puerto Rico.
Dice el Informe: “La demanda por la ciudadanía
americana de parte de los puertorriqueños es genuina. .
. Yo creo que la demanda es justa; que está bien ganada
por su perseverante lealtad y que debe concederse”
“Pero se debe tener muy presente”, sigue
diciendo el Informe, “que esta demanda no está asociada
en el pensamiento de los puertorriqueños con ninguna
idea de Estadidad. Se puede decir con seguridad que en
la opinión pública de los Estados Unidos o de Puerto
Rico no existe ninguna corriente, sustancial y aprobada,
que contemple la Estadidad para la isla como la forma
final de relación entre nosotros y Puerto Rico. Creo
que está llegando la hora, si es que no ha llegado ya,
cuando corresponde dentro de una honesta política
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porque desde el primer momento hubo la intención
de parte de Estados Unidos de darle la independencia
eventualmente a Filipinas.
Por el contrario, la política de Estados Unidos
ha sido la de mantener la unión permanente con Puerto
Rico por medio de la común ciudadanía. Veamos dos
documentos históricos que precedieron al otorgamiento
de la ciudadanía a los puertorriqueños.
El primero es el Informe Anual al Presidente de
los Estados Unidos que presentara el Secretario de la
Guerra en 1911, el Hon. Henry L. Stimson, quien tenía a
su cargo los asuntos de Puerto Rico.
Dice el Informe: “La demanda por la ciudadanía
americana de parte de los puertorriqueños es genuina. .
. Yo creo que la demanda es justa; que está bien ganada
por su perseverante lealtad y que debe concederse”
“Pero se debe tener muy presente”, sigue
diciendo el Informe, “que esta demanda no está asociada
en el pensamiento de los puertorriqueños con ninguna
idea de Estadidad. Se puede decir con seguridad que en
la opinión pública de los Estados Unidos o de Puerto
Rico no existe ninguna corriente, sustancial y aprobada,
que contemple la Estadidad para la isla como la forma
final de relación entre nosotros y Puerto Rico. Creo
que está llegando la hora, si es que no ha llegado ya,
cuando corresponde dentro de una honesta política
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