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DISCURSOS

la ciudadanía americana. Es la roca inconmovible, la
ciudadela infranqueable, que asegura la permanencia
de la unión. La ciudadanía es una condición irrevocable.
La ciudadanía está más allá de los poderes del Congreso
para alterarla. La Constitución garantiza que es
permanente. La Corte Suprema de los Estados Unidos
lo acaba de reafirmar.

Cuando a los puertorriqueños se les concedió
la ciudadanía en 1917, no hubo intención de que fuera
el preludio hacia la Estadidad. La ciudadanía y la
unión permanente son una cosa; la forma de gobierno
—Estadidad o Estado Libre Asociado— es otra muy
distinta. Ciudadanía y unión permanente pueden existir
bajo el distrito federal —Washington, Distrito de
Columbia— o pueden existir bajo la Estadidad, o bajo el
Estado Libre Asociado.

Nadie ha pensado hasta ahora que por el hecho
de que el Distrito de Columbia no sea un Estado, su
unión es menos permanente que la de Nueva York o la
de Alaska.

En toda la historia política de los Estados

Unidos jamás se ha separado de la unió una comunidad

integrada por ciudadanos americanos.

Conviene recordar que el caso de Filipinas
no tiene analogía alguna con el de Puerto Rico. La
ciudadanía americana nunca fue concedida a los filipinos

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