Page 116 - Discursos
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DISCURSOS
Yo les digo: sigan siempre la conciencia, sigan
siempre su mejor juicio sobre lo que creen que es bueno
y correcto en ese difícil trabajo de balancear distintas
necesidades y voluntades.
Sigan su conciencia del bien, por encima del
poder, porque el poder se busca para hacer el bien.
El que busca el poder para tener poder, no para ejercerlo
en beneficio de otros, de un pueblo, ese poder por el
poder mismo destruye al que lo busca.
En una democracia el poder mal ganado pronto
se pierde.
Siguiendo la conciencia de uno, en una
democracia uno puede ganar o perder. Siguiendo la
conciencia uno puede, en una democracia, perder y
volver a ganar. Eso puede pasar en una democracia.
Lo que nunca pasa en una democracia es que el
mal se perpetúe.
En una democracia el mal pierde: un poco antes,
un poco después, pierde. Y nunca puede volver a ganar.
Les digo, sigan su conciencia: afirmen con todas sus
fuerzas lo que entiendan es el bien; condenen con todas
sus fuerzas lo que ustedes entiendan que es el mal. Si
el mal es fuerte, condénenlo fuertemente, porque con el
mal no se puede ser débil.
Si somos débiles con el mal, continúa, prevalece.
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Yo les digo: sigan siempre la conciencia, sigan
siempre su mejor juicio sobre lo que creen que es bueno
y correcto en ese difícil trabajo de balancear distintas
necesidades y voluntades.
Sigan su conciencia del bien, por encima del
poder, porque el poder se busca para hacer el bien.
El que busca el poder para tener poder, no para ejercerlo
en beneficio de otros, de un pueblo, ese poder por el
poder mismo destruye al que lo busca.
En una democracia el poder mal ganado pronto
se pierde.
Siguiendo la conciencia de uno, en una
democracia uno puede ganar o perder. Siguiendo la
conciencia uno puede, en una democracia, perder y
volver a ganar. Eso puede pasar en una democracia.
Lo que nunca pasa en una democracia es que el
mal se perpetúe.
En una democracia el mal pierde: un poco antes,
un poco después, pierde. Y nunca puede volver a ganar.
Les digo, sigan su conciencia: afirmen con todas sus
fuerzas lo que entiendan es el bien; condenen con todas
sus fuerzas lo que ustedes entiendan que es el mal. Si
el mal es fuerte, condénenlo fuertemente, porque con el
mal no se puede ser débil.
Si somos débiles con el mal, continúa, prevalece.
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