Page 64 - Discursos
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DISCURSOS
un pueblo que entonces resultaría dividido y polarizado
entre alternativas dignas pero imposibles, podrían llevar
a Puerto Rico por el camino de la degeneración o del
suicidio que contemplaba Román Baldorioty de Castro.
La esperanza de nuestro pueblo está en el triunfo
del Partido Popular. Los pueblos progresan cuando reina
la paz y la tranquilidad, y la paz y la tranquilidad de
nuestro pueblo se encuentra en el ideal de status político
que respaldamos: el Estado Libre Asociado. Paz y
tranquilidad que está basada, no en pelotones policíacos
para mantener la ley y el orden, sino en la concordia,
que es la armónica convivencia de los puertorriqueños
dentro del respeto mutuo de sus ideas y la canalización
de esas ideas a través de los procesos de la democracia.
Como dije en Caguas, la visión de Puerto Rico
que tienen los partidarios de la Estadidad Federada,
es de un Puerto Rico sin independentistas y la visión
de Puerto Rico que tienen los favorecedores de la
independencia es de un Puerto Rico sin Estadistas. El
Gobierno del país no puede confiarse a ninguno de estos
dos extremos; hacerlo es una invitación a la politización
exagerada, a la polarización y, lamentablemente, a la
violencia cuando el grupo excluido se siente amenazado
en la razón misma de su ser. Por eso es que Puerto Rico
ha apoyado tradicionalmente los partidos autonómicos
que son los defensores de la tercera vía, la vía de la
concordia. En el equilibrio entre las dos fuerzas dispares
de la Estadidad y de la Independencia radica la salud
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un pueblo que entonces resultaría dividido y polarizado
entre alternativas dignas pero imposibles, podrían llevar
a Puerto Rico por el camino de la degeneración o del
suicidio que contemplaba Román Baldorioty de Castro.
La esperanza de nuestro pueblo está en el triunfo
del Partido Popular. Los pueblos progresan cuando reina
la paz y la tranquilidad, y la paz y la tranquilidad de
nuestro pueblo se encuentra en el ideal de status político
que respaldamos: el Estado Libre Asociado. Paz y
tranquilidad que está basada, no en pelotones policíacos
para mantener la ley y el orden, sino en la concordia,
que es la armónica convivencia de los puertorriqueños
dentro del respeto mutuo de sus ideas y la canalización
de esas ideas a través de los procesos de la democracia.
Como dije en Caguas, la visión de Puerto Rico
que tienen los partidarios de la Estadidad Federada,
es de un Puerto Rico sin independentistas y la visión
de Puerto Rico que tienen los favorecedores de la
independencia es de un Puerto Rico sin Estadistas. El
Gobierno del país no puede confiarse a ninguno de estos
dos extremos; hacerlo es una invitación a la politización
exagerada, a la polarización y, lamentablemente, a la
violencia cuando el grupo excluido se siente amenazado
en la razón misma de su ser. Por eso es que Puerto Rico
ha apoyado tradicionalmente los partidos autonómicos
que son los defensores de la tercera vía, la vía de la
concordia. En el equilibrio entre las dos fuerzas dispares
de la Estadidad y de la Independencia radica la salud
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