Page 9 - Discursos
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POR RAFAEL HERNÁNDEZ COLÓN
los mensajes, quiénes deberían participar etc.
Un día como en septiembre de 1984 lo vi frente al
capitolio con Pepito Rivera Janer por la mañana.
Cuando me acerqué estaban discutiendo la toma
de posesión de enero del siguiente año. No
lo podía creer, “la soprano debe ir aquí, no te
olvides de dónde los vas a sentar” Dios mío, yo
no había contado los votos y ya estaba en la toma
de posesión.
En medio de la batalla de la defensa de los
empleos de las empresas 936 el presidente de la
Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara
de Representantes de EUA, Don Rostenkowski
era de Chicago y su apoyo estaba tambaleándose
con las presiones que estaba recibiendo.
El gobernador se ideó enviar a nuestro mejor
hombre en operaciones de campo Rubens Luis
Pérez a Chicago y encargarle que organizara un
esfuerzo de enviarle 936 cartas al congresista
diariamente de sus constituyentes boricuas
apoyando las fábricas. Rubens estuvo destacado
varios meses allá y montaron un operativo
supervisado por el gobernador con programas
de radio etc.
Un día el Congresista se encontró al gobernador
en una actividad y le dijo no muy amablemente
“quit your damn 936 letters”. Mensaje recibido.
Nos ayudó. Claro, no había forma de saber cuál
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los mensajes, quiénes deberían participar etc.
Un día como en septiembre de 1984 lo vi frente al
capitolio con Pepito Rivera Janer por la mañana.
Cuando me acerqué estaban discutiendo la toma
de posesión de enero del siguiente año. No
lo podía creer, “la soprano debe ir aquí, no te
olvides de dónde los vas a sentar” Dios mío, yo
no había contado los votos y ya estaba en la toma
de posesión.
En medio de la batalla de la defensa de los
empleos de las empresas 936 el presidente de la
Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara
de Representantes de EUA, Don Rostenkowski
era de Chicago y su apoyo estaba tambaleándose
con las presiones que estaba recibiendo.
El gobernador se ideó enviar a nuestro mejor
hombre en operaciones de campo Rubens Luis
Pérez a Chicago y encargarle que organizara un
esfuerzo de enviarle 936 cartas al congresista
diariamente de sus constituyentes boricuas
apoyando las fábricas. Rubens estuvo destacado
varios meses allá y montaron un operativo
supervisado por el gobernador con programas
de radio etc.
Un día el Congresista se encontró al gobernador
en una actividad y le dijo no muy amablemente
“quit your damn 936 letters”. Mensaje recibido.
Nos ayudó. Claro, no había forma de saber cuál
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