Page 19 - Discursos
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POR RAFAEL HERNÁNDEZ COLÓN
Luego de varios días, incluimos el nombre
dentro de varias alternativas pensando en lo que nos
venía de respuesta. Grande fue nuestra sorpresa cuando
de inmediato dijo “el mejor es Ismaro y díganle que se
venga aquí a Belén a trabajar en vez del Comité para que
esté más cómodo y podamos trabajar más de cerca”. Le
recordé el libro y me dijo que no le daba importancia
a esas cosas del pasado. Y así fue; Ismaro no lo podía
creer. Se hizo un trabajo de excelencia producto de una
sabia decisión. La nobleza obliga.
¿A media noche? Cuando comencé en la
Oficina del Procurador Electoral en 1976 necesitamos
mucha motivación y dirección, pues entramos en un
momento de crisis y no teníamos mucha experiencia.
Hablábamos por teléfono frecuentemente, creo que más
que en ninguna otra circunstancia. Una vez me dijo que
quería darle las gracias a los compañeros de la Oficina,
pues sabía que estaban dando el máximo. Me dijo que
nos quería visitar pero que no quería interrumpir sus
trabajos. Así que dije que la mejor hora era a las doce.
Sí, pero es a las doce de la medianoche, pues a esa hora
terminamos normalmente. RHC: “¿A qué hora?” HLA
“A medianoche, y por cierto hace calor, porque apagan
el aire a las seis de la tarde” le respondí. Luego de un
largo silencio.... me dijo “pues, allí estaremos” y así
fue. Los muchachos, ni yo, que era muchacho entonces,
nunca olvidaremos ese gesto de compromiso con los
que están en primera fila. Vaya detalle.
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Luego de varios días, incluimos el nombre
dentro de varias alternativas pensando en lo que nos
venía de respuesta. Grande fue nuestra sorpresa cuando
de inmediato dijo “el mejor es Ismaro y díganle que se
venga aquí a Belén a trabajar en vez del Comité para que
esté más cómodo y podamos trabajar más de cerca”. Le
recordé el libro y me dijo que no le daba importancia
a esas cosas del pasado. Y así fue; Ismaro no lo podía
creer. Se hizo un trabajo de excelencia producto de una
sabia decisión. La nobleza obliga.
¿A media noche? Cuando comencé en la
Oficina del Procurador Electoral en 1976 necesitamos
mucha motivación y dirección, pues entramos en un
momento de crisis y no teníamos mucha experiencia.
Hablábamos por teléfono frecuentemente, creo que más
que en ninguna otra circunstancia. Una vez me dijo que
quería darle las gracias a los compañeros de la Oficina,
pues sabía que estaban dando el máximo. Me dijo que
nos quería visitar pero que no quería interrumpir sus
trabajos. Así que dije que la mejor hora era a las doce.
Sí, pero es a las doce de la medianoche, pues a esa hora
terminamos normalmente. RHC: “¿A qué hora?” HLA
“A medianoche, y por cierto hace calor, porque apagan
el aire a las seis de la tarde” le respondí. Luego de un
largo silencio.... me dijo “pues, allí estaremos” y así
fue. Los muchachos, ni yo, que era muchacho entonces,
nunca olvidaremos ese gesto de compromiso con los
que están en primera fila. Vaya detalle.
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